The POLAT panel survey is out with 12 waves of Spanish public opinion

The POLAT panel started in 2010, almost a decade and a half ago as a joint venture with the CIS, at the moment under the direction of Belen Barreiro as president, and Mónica Méndez as head of the research area. The CIS funded the first four waves. The panel continued funded by different research projects of the Democracy, Elections and Citizenship of the UAB.

One of the first online surveys in Spain, and one of the first panels on public opinion, the POLAT panel was a challenging project at a time when not everyone had internet access. We have tracked 4,633 Spanish individuals along time, which makes for an unbalanced panel of 20,991 observations distributed along twelve waves fielded between 2010 and 2020. Questions include perceptions of the economy, most important problem, government evaluations, emotions, media consumption, social media use, citizens and parties’ attitudes towards different political issues (i.e. immigration, abortion, gay rights, taxes, public expenditure, territorial organization, law and order, feminism, climate change), political attitudes (i.e. interest, efficacy, left-right identification, satisfaction with democracy, duty to vote, trust, partisanship, authoritarianism, populism, sexism), territorial and national identities, psychological predispositions (i.e. personality, risk aversion, life satisfaction), political participation (including participation in specific protests such as the 15M or the 8M), threat perceptions, political knowledge, turnout, and vote choice among others, as well as a wide range of sociodemographic characteristics.

The data as well as more details ara available at the CORA repository:

Pannico, Roberto; Damjan Tomic; Laura Gutiérrez Zárate; Josep Maria Comellas Bonsfills; Enrique Hernández Pérez; Carol Galais González; Guillem Rico Camps; Danislava Milkova Marinova; Jordi Muñoz; María José Hierro; Berta Barbet; Eva Anduiza Perea (coordinator), 2024, “POLAT Panel. Spanish Political Attitudes Dataset (12 waves)”, https://doi.org/10.34810/data1486, CORA. Repositori de Dades de Recerca

Here you can find some of the publications that are based on the POLAT panel data.

La polarización afectiva o por qué no hay que repetir las elecciones

La polarización afectiva se define como la presencia de sentimientos de profundo rechazo hacia los simpatizantes de partidos que no son “el nuestro”. Entender por qué se produce y agudiza este tipo de polarización es una cuestión de primer orden en la apretada agenda de los problemas de las democracias contemporáneas. En esta investigación nos preguntamos si al menos en parte esta polarización afectiva oscila en función del ciclo electoral, alcanzando niveles elevados en el momento de las elecciones, y suavizándose a medida que pasa el tiempo.

Las campañas electorales y las propias elecciones son momentos en los que las diferencias políticas y los conflictos alcanzan sus niveles de máxima visibilidad. Las campañas hacen circular una gran cantidad de información, y a menudo emplean estrategias negativas que buscan desacreditar al contrario. Esto favorece el interés y la movilización de los ciudadanos, que son aspectos que normalmente consideramos positivos porque motivan la participación electoral. Pero también pueden darse consecuencias menos deseables sobre la polarización efectiva.

La mayor polarización afectiva que se puede producir en torno a las elecciones tendría dos posibles explicaciones. Por un lado durante las elecciones las diferencias ideológicas entre los partidos se visibilizan y se perciben con mayor intensidad. Esto puede generar polarización ideológica, es decir la sensación de que hay una gran distancia en las propuestas y los valores que representa tu partido y los de los demás. Por otro lado, durante las elecciones también se activan las identidades políticas, de manera que la gente siente con más fuerza cual es “su” partido. Ambos mecanismos podrían conducir a una mayor polarización afectiva.

Para comprobar si efectivamente la cercanía de las elecciones genera polarización afectiva y cual de los dos mecanismos (polarización ideológica o refuerzo de identidades partidistas) es más importante hemos utilizado datos de 99 encuestas postelectorales realizadas en 42 países entre 1996 y 2016. Las entrevistas a cada individuo de estas encuestas varían en el tiempo con respecto al día de las elecciones. Algunas se hicieron inmediatamente después, pero otras no se realizaron hasta transcurridos varios meses. Esta variación permite medir la prominencia de las elecciones, mayor cuanto más cercanas en el tiempo. Los resultados de esta investigación realizada con Enrique Hernández y Guillem Rico los podéis consultar aquí. Los análisis muestran que la polarización afectiva disminuye significativamente después de celebrarse la elección. Los dos mecanismos apuntados, el incremento de la polarización ideológica, y el de las identidades partidistas funcionan, pero el primero parece ligeramente más relevante. La disminución es más intensa justo después de las elecciones, y el ritmo de reducción se va atenuando conforme aumenta el tiempo.

De estas conclusiones pueden extraerse varias reflexiones importantes. En primer lugar, las buenas noticias son que la polarización afectiva varía a lo largo del tiempo y se puede reducir; no tenemos que renunciar al objetivo de despolarizar en términos afectivos. Por otro lado, si bien las elecciones son una herramienta indispensable en el funcionamiento de los sistemas democráticos que los resultados de esta investigación no ponen en cuestión, repetirlas tiene su coste en términos de polarización afectiva. Una democracia que funcione bien requiere un delicado equilibrio entre objetivos diferentes y, a veces, contradictorios: garantizar simultáneamente la presencia de opciones ideológicas bien diferenciadas, identidades partidistas arraigadas, y tolerancia hacia las alternativas que nos disgustan.

Nota: Los datos de estre trabajo proceden de CSES, que recientemente ha cumplido 25 años. Mas información sobre CSES y lo que se que se puede hacer con sus datos aquí.

 

Contestar sin leer

No, no va de estudiantes haciendo exámenes… En un artículo reciente con Carol Galais hemos estado investigando cuanta atención presta la gente que contesta encuestas online. En una encuesta panel con varias olas hemos introducido preguntas que buscan identificar a los que contestan sin prestar atención a lo que se les pide. La principal conclusion del estudio es que aunque algunas personas no leen con atención todo el texto que se les presenta, es mejor mantenerlos en la muestra que excluirlos. La atención varía en función de la edad (los más mayores fallan menos), la dificultad de las preguntas (cuanto más largas peor), las motivaciones intrínsecas que tienen los encuestados para participar en una encuesta sobre política (por ejemplo el interés por la misma, la identificación con un partido) y la atención que prestaron en el pasado (los “despistados” tienden a seguir siéndolo). Despues de mirar diferentes modelos alternativos, el que más se acerca al “benchmark” es la muestra completa que incluye a los despistados, porque excluirlos aumenta los sesgos que ya solemos tener en las encuestas. Asi que de momento buenas noticas: no nos hemos de preocupar demasiado porque estos encuestados poco concienzudos.